jueves, 31 de julio de 2008

La banca española afronta la crisis del crédito desde una buena posición de solvencia

La mayor exigencia del mercado en términos de capital no parece un problema para las mayores entidades españolas, que cuentan con ratios de capital básico superiores al 6%, apoyados por las nuevas normas de Basilea II. (Ver gráfico)


En el último año, muchas entidades financieras internacionales se han visto obligadas a aumentar su capital para hacer frente a las pérdidas provocadas por la crisis subprime. Una de las consecuencias de estos acontecimientos, tan repentinos e impactantes, ha sido que el mercado se ha vuelto más exigente con respecto a las ratio de solvencia que exige a la banca.

Según coinciden varios expertos y banqueros, ninguna entidad puede atreverse en estos tiempos a quedarse con un ratio de core capital (porcentaje que representa el capital básico, principalmente capital y reservas, sobre los activos ponderados por riesgos) inferior al 6%.

No se trata de un mínimo regulatorio, sino de lo que acepta el mercado: “los analistas están muy atentos al dato de core capital, un 5,9% ahora se considera poco”, explica el consejero delegado de un importante banco español.

Y añade que, bajar de este límite, puede suponer una rebaja de ráting, con sus inevitables consecuencias en términos de encarecimiento de los costes para financiarse. Luis de Guindos, presidente de Lehman Brothers España, defendió lo mismo en un reciente acto en Madrid: “Se ha acabado hacer banca con una ratio de capital básico de un 5%”, afirmó.

España
Este endurecimiento del control del mercado sobre la solvencia no pilla desprevenidas a las principales entidades financieras españolas. Los mayores bancos y cajas que han presentado sus resultados semestrales (y que informan sobre sus ratio de capital) cuentan con un core capital superior al 6%, además de holgados niveles de Tier 1 (capital básico más participaciones preferentes).

Las dos grandes cajas, La Caixa y Caja Madrid, incluso superan o se acercan al 8% de core capital, debido, en parte, a que han utilizado la materialización de las plusvalías de sus carteras industriales para reforzar capital. La mayoría ha mejorado estas ratio en el último año, aunque esta mejora se explica, al menos en parte, por el impacto de la entrada en vigor del nuevo acuerdo de capitales de Basilea II.

Los principios de Basilea II suponen una nueva forma de medir el capital de la banca. Muy básicamente, se puede decir que con respecto a su predecesor, Basilea I, el nuevo acuerdo es más estricto con respecto a los recursos que se pueden incluir en el numerador de la ratio de capital (por ejemplo, lo que se puede incluir en el Tier 1), pero es más generoso con la clasificación de los activos ponderados por riesgo.

En concreto, los activos más típicos del negocio de banca minorista, como las hipotecas o los préstamos personales, tienen una menor ponderación por riesgo o, dicho de otra forma, acaban consumiendo menos capital. Los bancos y las cajas españolas están muy centradas en el negocio de banca minorista, luego la aplicación de Basilea II, en términos generales, les favorece con respecto a la medición de su solvencia.

Algo que se ha empezado a ver en aquellas entidades que han recibido ya la aprobación del Banco de España para sus modelos internos de gestión del riesgo de crédito (Santander, BBVA, Caja Madrid, La Caixa, Banco Sabadell, Bankinter, y Caixa Cataluña). Popular, que espera el visto bueno del regulador para finales de año, entregó unos cálculos proforma de su solvencia a junio, donde se ve que el ratio de core capital mejoraría en siete puntos básicos con la aplicación del modelo interno.

Cabe destacar, además, que, aunque unos adecuados niveles de solvencia son fundamentales para el negocio bancario, tampoco conviene tener capital en exceso, para que la rentabilidad no se vea mermada.

Pérdida esperada
El capital que se exige a la banca tiene fundamentalmente la función de cubrir las eventuales pérdidas inesperadas que pueden afectar a las entidades. Es un concepto distinto al de provisiones, que son los recursos que se tienen que guardar para hacer frente a la pérdida esperada.

La banca española cuenta con un abundante colchón de provisiones, ya que el Banco de España la obliga a realizar dotaciones genéricas (que no responden a un aumento de la morosidad, sino al crecimiento del crédito). Aún así, algunos expertos alertan de que, sobre todo algunas entidades más pequeñas, no podrán hacer frente al actual repunte de la morosidad con su actual colchón de provisiones y que sus cuentas se verán afectadas.

1 comentario:

Rafael del Barco Carreras dijo...

II. LEHMAN BROTHERS

y los bancos y cajas españoles.



Rafael del Barco Carreras



Si Zapatero mostraba su sonrisa al señalar a los culpables de la CRISIS en España y el Mundo, LOS AMERICANOS, a nivel de calle se sumaba uno más de los infinitos enredos de la BANCA ESPAÑOLA. Al decir de Solbes, poco importante. ¿Poco? Los abogados se han lanzado a captar clientes. Varios blogs y webs calculan 3.000 millones de €, con perjudicados a miles que invirtiendo en “estructurados” como el Bono DJ Euro Stoxx 50 firmaban los de Lehman sin ni imaginar que su amigo el director o agente le engañaría por una comisión “especial”. 500.000 millones de las antiguas pesetas no son nada ante el presente alud de quiebras y estafas (cifra parecida al FÓRUM FILATÉLICO). Banif y Bankinter en cabeza. El tocomocho de papeles falsos por de verdad se repite con infinidad de frases en los asépticos despachos de Banca. Los bancos americanos tienen diferentes niveles de cobertura hasta cierto importe, y de riesgo total en renta variable. Allí eso lo saben desde la guardería, como yo lo sabía en 1958, a los 18 años, cuando inicié el Instituto Bancario. Engañosos prospectos de propaganda de los bancos. ¿Y porqué recomendaban las cajas y bancos nacionales invertir en “productos” americanos, máxime cuando la ganancia no justificaba el riesgo, y con “fondos de inversión” propios? La avaricia de más comisiones. Y hasta cajas y caixas cogidas en el “producto”, desde la Caja Laboral con 168 millones de € a la Caixa de Cataluña con 16. Y los profesionales, autorizando la inversión, conocían el riesgo…para ellos, en persona, ninguno…solo ganancia.

Una variante parecida sucedió con TERRA, los bancos y cajas, socios y consejeros de TELEFÓNICA, colocaron las acciones de la filial como si de la matriz se tratara, o sea, segurísimas. De 200.000 millones de pesetas iniciales en “papelitos acciones” a CINCO BILLONES de valor en Bolsa, hasta la caída a cero. La CAIXA provisionó unas docenas de miles de millones de pérdida; juraría, que de sus altos ejecutivos marcando el precio a diario, nadie perdería de su bolsillo un duro, muy al contrario. Los cuatro del Monopoly, dominando el 80% del DINERO DE TODOS LOS ESPAÑOLES, capitaneados por JUAN VILLALONGA, el ejecutivo mejor pagado de todos los tiempos y países (que ahora aparece comprando el CF Valencia) amigo y compañero de pupitre del entonces Presidente Aznar. Al igual que ahora, un inútil e inviable enredo tecnológico creado en España, concretamente en Cataluña, achacado al crak de las NUEVAS TECNOLOGÍAS DE WALL STREET. Impune, esa y todas LAS BURBUJAS PIRAMIDALES. Las varias denuncias de los “pequeños inversores”, pendientes algunas en Norteamérica, se resolvieron en España con lo de que es el RIESGO PROPIO DE JUGAR EN LA BOLSA. La BOLSA ESPAÑOLA un CASINO manejado por cuatro o cinco coupiers tramposos. Me pregunto a diario cómo aun alguien deja un duro en bancos y cajas. Veremos esta vez que dictan los jueces aunque solo sea por PUBLICIDAD ENGAÑOSA.