miércoles, 5 de noviembre de 2008

BBVA aprovecha la crisis para tratar de ganar clientes y cuota de mercado

En épocas de crisis suele producirse un fenómeno que los anglosajones definen como fly to quality o vuelo de asustadizos inversores hacia la calidad. Traído al mundo bancario, se refiere a una migración del ahorro y búsqueda de financiaciones en las firmas con marcas más arraigadas o imagen de liderazgo.

Es en este escenario donde BBVA sacó ayer toda su artillería comercial: productos con agresivos señuelos con los que se propone captar 200.000 nóminas y "robar" 12.000 hipotecas a otras entidades financieras en un año. Quiere atraer 500 millones de euros de clientes particulares en un sólo mes y, en el mundo de autónomos y comercios, ampliar en un 7% el negocio gestionado y en 75.000 la base de clientes, desvelaron ayer el director de BBVA España y Portugal, Juan Asúa, y el director de Innovación y Desarrollo de Negocio, Javier Bernal.

En hipotecas, ataca la arista más sensible en estos momentos para el consumidor: la cuota mensual. Y con esta filosofía ofrece reducir la factura en 200 euros mensuales durante un año al que lleve a BBVA la hipoteca constituida en otro banco o caja. Irrumpe así en la batalla por la mudanza de hipoteca desatada hace algunos meses, cuando la firma de nuevas operaciones comenzaron a caer en picado forzada por las mayores dificultades de los hogares para adquirir una vivienda y la expectativa de un abaratamiento en sus precios si se pospone la compra durante un tiempo.

Mudanza de hipoteca
Deutsche Bank, por ejemplo, bajó el tipo de interés al euríbor más un 0,17% para hipotecas Vips con máxima vinculación del titular. Otros, como Santander o Sabadell Atlántico aplican el 0,25% de diferencial, aunque con condiciones como que tengan un mínimo antigüedad de seis años.

La competencia se ha recrudecido de manera especial con la sequía de operaciones. Entre los pasados meses de enero y agosto cayó un 28,1% la compraventa de viviendas y hasta en un 56,2% el número de viviendas iniciadas, preludio de un empeoramiento futuro.

BBVA se ampara en la calidad de su cartera crediticia (1,15% de morosidad en septiembre, frente al 2,44% del conjunto del sector financiero) para abrir frente cuando otros se restringen el crédito para evitar nuevos impagos o por la imposibilidad de captar fondos suficientes para seguir dando dinero.

El nuevo préstamo hipotecario de BBVA incorpora además varias válvulas para inyectar oxígeno en momentos de asfixia financiera. Aquellos clientes que contraten directamente el crédito en sus oficinas y los que lo trasladen desde otra entidad podrán aplazar dos cuotas de amortización al año con un máximo de 10 o el pago del 30% del principal hasta la última factura; además de sufragar sólo los intereses en los primeros tres años de vigencia e, incluso, darle más plazo al crédito en cualquier momento sin coste alguno.

Precio según cliente
El paraguas de seguridad es válido para créditos desde 130.000 euros, a los que se aplicará un tipo de interés a medida del cliente y su vinculación comercial . El más barato sería del euríbor más 0,55% o el 0,45% si es cliente lo es del área de Banca Personal.

En el otro lado de la balanza, el del pasivo, el BBVA quiere atraer a su balance 500 millones de euros en un mes, con un abanico de depósitos que adecuan la rentabilidad al plazo de vencimiento. Para ganar clientes, el banco se inventa una cuenta que asume la subida del IPC en los recibos de la luz, gas, teléfono y televisión de pago a cambio de que el cliente domicilie una nómina mínima de 600 euros. Es decir, el banco soportará las subidas derivadas del encarecimiento del coste de la vida hasta 20 euros al mes. La penúltima línea ofensiva la despliega en autónomos, a los que exime de comisiones y les permitirá mantener descubiertos en cuenta de hasta 3.000 euros durante siete días, en atención a los frecuentes "números rojos" en los que incurren las compañías en épocas de crisis por la demora en el pago de sus clientes. Añade al pack una bonificación-gancho de 200 euros al plan de pensiones del cliente y descuentos en una tarjeta si lleva el vehículo a repostar a las estaciones de Repsol, Petronor o Campsa.

En comercios, donde el banco ya suministra servicios y productos a 230.000 del millón y medio censados en España, propone una tarifa plana a los que instalen lectores de tarjetas (TPV's).

Según los dos ejecutivos de BBVA, la nueva multioferta busca satisfacer las necesidades de cualquier tipo de cliente en la actual coyuntura y no responde a campañas puntuales sino que formará parte de la propuesta fija del grupo.

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