domingo, 9 de diciembre de 2007

La banca endurece las condiciones para dar créditos hipotecarios por el miedo a los impagos

Ausbanc aconseja «buscar las mejores ofertas» o cambiar de entidad financiera Bancos y cajas prevén que el número de hipotecas caiga un 30% este año y un aumento de la morosidad del 0,6%

El miedo a los impagos ha hecho que se impongan unos criterios mucho más fuertes a la hora de prestar dinero. Intereses mucho más altos, plazos largos, productos obligatorios de cobertura ante cualquier problema o la obligación de contratar junto al préstamo un sinfín de otros productos son la receta que aplican cajas y bancos. Un estrechamiento de las condiciones que, por otra parte, no afecta sólo a las familias, pues muchos de los señores del 'ladrillo' tiemblan ante las propuestas que algunas entidades les plantean para financiar sus proyectos.

Ángel Garay, adjunto a la presidencia de la Asociación de Usuarios de Servicios Financieros (Ausbanc), explica a EL COMERCIO que el estallido de la crisis de las hipotecas en Estados Unidos dio en verano un vuelco extraordinario a la situación que se vivía hasta entonces en España. «La economía española ha tenidos los mejores resultados de los últimos siete años y, en paralelo, los precios de la vivienda habían experimentado un crecimiento espectacular. Pero las hipotecas se podían soportar porque los plazos se iban alargando... hasta 50 años. Los créditos se asumían a un tipo de interés variable, se encajaba en el presupuesto familiar y eran contratos hipotecarios baratos y fáciles de obtener», cuenta Garay.

A partir del verano, las cosas han cambiado. «Además del bajón en la actividad de la construcción, los precios de la vivienda se ponen por las nubes y a eso se añade el impacto más psicológico que real de la crisis de las hipotecas 'subprime' de EE UU», explica el responsable de Ausbanc.

¿Qué ocurre entonces? Que los comités de concesión de créditos de cajas y bancos son más rigurosos para conceder los créditos, al igual que a la hora de tasar los pisos.

A ello se suma que la inflación se ha disparado, los niveles de paro crecen y las perspectiva de crecimiento económico son peores que hace un año. En este contexto la capacidad de compra de pisos de las familias es menor y las ratios de morosidad aumentan.

La única opción que le queda a las entidades financieras es vigilar el riesgo de la concesión de créditos. ¿Y qué tienen que hacer sus clientes?

El responsable de Ausbanc lo resume: «Los consumidores tienen que ser responsables» y ofrece tres consejos. El primero, «antes de comprar un piso muy caro, hay que comprobar que se puede asumir la hipoteca y tener en cuenta que las condiciones financieras son complicadas». Para aquellos que han visto duplicarse su hipoteca, «es el momento de estudiar un cambio (novación) con el mismo banco o con otros. Hay que buscar las mejores ofertas. Es el momento de sentarse y de que las familias hagan números para aliviar la presión sobre sus presupuestos», recomienda Garay. Por último, quienes han llegado a situaciones «insoportables» existe la posibilidad de recurrir a la Ley Concursal «para hacer una quita o reducción de la hipoteca a través de los juzgados», explica el responsable de Ausbanc.

Agotamiento

La gallina de los huevos de oro del sistema financiero español en los últimos años, el negocio hipotecario, muestra síntomas de agotamiento. Bancos y cajas, a través de la Asociación Hipotecaria Española (AHE), dan ya por seguro que el número de nuevos contratos caerá un 30% interanual en 2007. Un descenso provocado por los altos precios de las casas y por los problemas de ciudadanos y promotores para acceder a una financiación cada día más cara. La AHE explicó recientemente que al menor vigor en el número de operaciones se le suma otro nubarrón para el negocio, el aumento de la morosidad, que crecerá -dice- sin paliativos en el último tramo del presente ejercicio. La AHE dio a conocer los datos de la actividad crediticia hipotecaria del mes de setiembre que, una vez más, confirmaron la profunda desaceleración que vive el sector desde comienzos de año.

Al cierre de setiembre, el saldo vivo -lo que queda por pagar a particulares y promotores por sus créditos vinculados a la vivienda- sumaba algo más de un billón de euros. La cifra, aunque notable (alcanza ya el Producto Interior Bruto de España), representa un incremento del 17,57% respecto al mismo periodo de 2006.

Esa ratio es inferior al de agosto (18,38%) y se sitúa muy por debajo del registro de septiembre de 2006, cuando el dinero prestado crecía a un ritmo del 24,68%. En los nueve primeros meses de este año se han firmado hipotecas por valor de 108.679 millones de euros, lo que supone un 11,9% más. De nuevo, el dato acumulado deja en evidencia el 'resfriado' del sector, toda vez que entre enero y setiembre del pasado ejercicio ese porcentaje fue del 17,4%.

Crédito Magazine

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