sábado, 23 de agosto de 2008

Las restricción al crédito de las entidades afecta a la mitad de las familias

No se venden pisos. Ni coches. No importa que sean nuevos o usados. Incluso otras compras menores se han visto afectadas por la crisis y también los comercios al por menor notan caídas en sus facturaciones.

No es sencillo explicar el 'credit crunch' de hace un año, el fatídico desenlace de la actual situación, pero sí la causa directa: la mitad de los hogares tiene restricciones de liquidez porque las entidades financieras no tienen intención de darles créditos, según informa hoy EL MUNDO.

Ya sea porque sus medidas de control son mucho más elevadas, porque los ciudadanos están más endeudados de lo que debieran o porque el mercado laboral ha reducido el número de poteciales clientes bancarios. Pero lo cierto es que una de cada dos familias se ha quedado sin acceso al gasto a cuenta de ingresos futuros, al denominado crédito, según los datos del servicio de estudios de Caixa Catalunya.

Y eso quiere decir que dependen íntegramente de sus nóminas y que sus gastos sólo podrán mejorar tanto como mejoren sus salarios. Siempre y cuando que sus salarios crezcan tanto como la subida de sus hipotecas -quienes tengan- o de los productos que ponen dentro de su cesta de la compra, fruto de la inflación.

Economía pendiente

Hasta abril, según datos del Idescat, los convenios colectivos incluían mejoras salariales promedio del 3,7%, lo que supone ganar 55 euros más por un sueldo mensual de 1.500 euros. En el otro lado de la balanza, el Euríbor subía hasta el 5,39% en julio, lo que comporta un incremento de 75 euros en la cuota mensual de una hipoteca tipo -150.000 euros- con revisión anual. Y el último IPC estaba encaramado al 5,1%, lo que supone 15,3 euros más que hace un año por cada 300 euros de gasto mensual. Con ese bagaje, no es extraño que "la confianza de los hogares catalanes esté alcanzando valores mínimos no vistos desde la crisis de 1992-94".

Y lo peor es que la economía catalana, como la española, depende de ese consumo interno. "Los hogares deciden el 75% del gasto del país", concluye la entidad. Un pez que se muerde la cola y que complica la situación. Si las ventas caen, el pequeño comercio se verá obligado a reducir la plantilla, y si hay muchos pequeños comercios en la misma situación lo mismo sucederá con sus proveedores: menos actividad requiere menos trabajadores, todo eso en cadena hasta que la confianza de alguien cambie y las estadísticas macroeconómicas remonten -a partir de 2009, según el consenso de los economistas-. Ayer mismo, UGT de Cataluña advertía que en el último medio año se han constituido 100.000 contratos de trabajo menos que en el mismo periodo de 2007, poniendo fin a una evolución ascendente iniciada desde 2004.
Más ayudas para los más necesitados

Las estadísticas de la Fundació Jaume Bofill son mucho más preocupantes que las de los organismos estadísticios oficiales. Y aseguran que uno de cada 10 catalanes viven en la pobreza, una franja socioeconómica de la que es difícil escapar y que, según el baremo de la entidad, está delimitada por una renta anual de 7.011 euros anuales.

No hay comentarios: